Review guitarras Duesenberg
Hace ya un tiempo incorporamos a nuestro catálogo la marca Duesenberg. Nos hemos quedado absolutamente sorprendidos con la primera llegada de material, y queremos compartir con vosotros nuestras primeras impresiones acerca de estas guitarras, que sin duda se convertirán en clásicas.
Duesenberg Bonneville Red Cherry
Como el resto de sus hermanas, se ve que es un instrumento optimizado y repensado en todas sus características. La primera impresión al tocar sentado es el perfecto equilibrio y reparto de pesos, puedes soltar las dos manos y el instrumento sigue en su sitio.
Afinamos, y vemos una progresión y suavidad en la acción del clavijero nunca apreciada ni en los hardwares más prestigiosos; probablemente el trabajo hecho en la cejuela tenga también su parte.
Hablemos del sonido: la posición de mástil da unos graves limpios, cálidos y muy equilibrados, de los que gustan a todo el mundo, con una respuesta compensada en la que nunca «desaparecen» notas. Esta característica es muy Duesenberg, el balance entre las seis cuerdas está muy trabajado.
La posición de puente es extremadamente dinámica y responde muy bien a la intensidad de ataque del guitarrista, por lo que con el mismo ajuste de amplificador se puede pasar de un sonido limpio a uno rompiente simplemente atacando mas fuerte a las cuerdas.
Su construcción, todo caoba, hace que su sonido sea muy cálido y redondo, como una buena guitarra SG pero más versátil y ya del siglo XXI.
Duesenberg 49er Honey
Lo primero que llama la atención es su impresionante acabado, los lacados, el hardware, la cejuela, los trastes, etc.
Su construcción de caoba y tapa de arce hacen que el timbre y sustain sin conectar nos prevenga de que lo que tenemos entre manos es algo diferente.
Su sonido: la visión Duesenberg de la P-90 está en su posición de mástil y raya la excelencia, con una nitidez y claridad de respuesta en graves pocas veces conseguida en instrumentos dos veces más costosos.
Es curioso el timbre y color de la posición intermedia (la combinación de las dos pastillas). Este sonido tiene mucha personalidad, está entre el típico paralelo y la inversión de polaridad, es diferente y poco predecible… puede gustar mucho o poco, pero desde luego no pasa desapercibido.
La posición «treble» le confiere una buena dosis de contundencia, que con el pedal apropiado hará las delicias de los más duros del lugar.
Resumiendo, su fuerte es la versatilidad; su extensa paleta de sonidos la hace un verdadero todo terreno que la ha convertido en uno de los best-seller de la marca alemana.
Duesenberg Starplayer Special Black
La hermana pequeña nos sorprendió, y mucho, quizás porque un menor precio nos predispone a una merma en la calidad. Pero aquí sí que Duesenberg no hace concesiones.
La principal diferencia está en que su mástil es atornillado, construcción más económica pero no por ello menos eficiente. Es de arce con el diapasón de palorrosa: esto le confiere un sonido más afilado y presente a costa de perder un poco de cuerpo.
Su sonido: cualquier posición es nítida y eficiente, nos permitirá encontrar ese hueco (espacio) en el espectro de la banda sin necesidad de poner el amplificador a altos niveles.
Las pastillas son las mismas de su hermana la Bonneville, pero tiene una peculiaridad en la electrónica: el potenciómetro de tono tiene una muesca a mitad del recorrido, con un diseño en la electrónica diferente que hace que los colores y matices en las distintas posiciones del selector de pastillas sean casi interminables.
En resumen sorprendidos por la enorme relación calidad-precio de este instrumento que se adapta a todos los bolsillos y también a todos estilos y músicas conocidas… hasta hoy.
El radio de la curvatura del diapasón es de 12″ en todos los modelos, muy acorde con las técnicas de ejecución de los guitarristas del siglo XXI. Los trastes son también generosos, ayudando a la hora de hacer bendings, y también aportando una buena dosis de sustain.