Hola a todos!!

En el post de hoy vamos a hablar de baterías. No, no me refiero a las baterías de litio ni de cadmio, ni a las duracell o las energizer. Me refiero a los “tambores”, esos adorables a la vez que silenciosos instrumentos que suelen estar en manos  de nuestros queridos amigos los bateristas. Hablaremos de cómo debemos microfonearla (tanto en estudio como en directo), qué micrófonos podremos usar para cada pieza, distintas maneras de colocar los micros, y también unos pequeños consejitos que pueden orientarnos a la hora de ecualizar las distintas partes del kit.

Hablaremos de una batería standard, con un bombo, una caja, tres timbales, un charles, un ride y dos o tres platos. Como ya sabemos, todo esto es ampliable hasta el infinito, pero nos centraremos en esta configuración, para lo cual necesitaremos entre ocho y diez canales independientes. La colocación de los micrófonos es sumamente importante, no basta con ponerlos ahí de cualquier manera y ya nos ocuparemos de retorcer ecualizaciones en nuestra mesa. Si un micrófono esta bien colocado, la batería esta bien afinada y no suena como las potas de casa de nuestra tía la del pueblo  (ESTO ES ABSOLUTAMENTE PRIMORDIAL), y el micro es el adecuado, no será necesario hacer esas ecualizaciones tan drásticas; todo lo contrario, habrá que retocar muy poco para que suene como tiene que sonar.

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Empecemos con el bombo. Podemos encontrarnos con varias posibilidades: que el parche delantero tenga agujero, que no lo tenga, que no tenga parche…  También depende de qué sonido queramos conseguir la forma en que colocaremos el micrófono y que tipo de micrófono usemos. En principio hablaremos de bombos con parche agujereado y queriendo conseguir un sonido más pop o rock. En cuanto a micrófonos para el bombo o frecuencias graves hay dos clásicos, el SHURE BETA 52 y el AKG D112. Ambos son válidos, cada uno nos ofrece una respuesta distinta y el usar uno u otro ya depende del gusto personal de cada uno. Por supuesto que no son los únicos micros, hay muchísimos más como el SHURE PG52XLR (variante más económica del Beta 52), el AKG PERCEPTION LIVE P2, etc… También se ha hecho muy popular el SHURE BETA 91; en principio se comenzó a usar con baterías de heavy metal, aunque cada vez es una práctica más y más común. Este micro es de condensador y muchas veces se puede combinar con otro micro más: el Beta 91 dentro del bombo y el otro por fuera en el agujero del parche delantero. Con el Beta 91 conseguiremos ese pico de agudos sin apenas ecualizar nada y con el otro (por ejemplo el Beta 52) captaremos el sonido mas grave del instrumento.

Por supuesto, esto no es una ley universal. Como siempre lo ideal seria poder probar distintas configuraciones y colocaciones, pero nos vamos a centrar en un solo micrófono. En cuanto a la ecualización, retocaremos lo justo. Plano nos podrá sonar “acartonado”, para lo cual atenuaremos la zona de medios-graves  entre 300 y 600 Hz si fuera necesario. Si quisiéramos ganar ataque podríamos realzar entre 2000 y 5000 Hz. Y si quisiéramos unos graves más profundos deberíamos realzar ligeramente entre 60 y 125 Hz. Una vez que el bombo suene a nuestro gusto ya veremos si es necesario comprimirlo (dependiendo de la pegada del baterista) o insertarle una puerta de ruido.

Vayamos ahora con la caja. Según el “manual”, la caja se amplifica con dos micros: uno captando el parche superior y otro captando la bordonera. Como en todo, depende del sonido que queramos conseguir. Para esto volvemos a tirar de los clásicos: el SHURE SM57 es el más utilizado, pero no es el único. Podemos utilizar también el LD SYSTEMS D1057, el SHURE PG56XLR, el CAD TSM 411, el SHURE BETA 56A o el SHURE BETA 57A. Todas las opciones son válidas, tanto para el micro superior como el inferior. El micrófono superior lo colocaremos en el borde de la caja unos dos dedos separado del parche (siempre en un lugar donde no reciba un solemne y poderoso baquetazo), y el inferior lo ubicaremos por debajo de la caja con la cápsula apuntando a la bordonera. Cuando usemos dos micros, a uno de ellos debemos invertirle la polaridad (normalmente al de abajo). Esto es para que, al tener uno de ellos en posición opuesta al otro, los dos estén en fase y al agregar ambos micros, lo que resulte sea una suma de sonido y no que notemos que al abrir volumen a los dos micros suceda lo contrario, que la caja queda ensombrecida. Normalmente las mesas de mezclas tienen un botoncico para tales menesteres, pero si no fuera así tendríamos que tener un cable XLR “especial” para hacer esa inversión de polaridad en el cual los pines 2 y 3 estuvieran invertidos en un extremo con respecto al otro. En cuanto a como ecualizarla, una caja bien afinada y con los micros bien ubicados posiblemente no necesitara apenas ser ecualizada, un filtro pasa altos (HPF – high pass filter) a 80 o 100 Hz puede ser suficiente. Pero si necesitamos retocar algo, podemos atenuar la zona entre 800 y 1000 Hz en caso de algún armónico molesto, amplificar los 200 Hz si queremos ganar cuerpo… Si tenemos un micro en la bordonera no será necesario realzar la zona de los agudos, nos bastará con ponerle un filtro pasa altos a este micro para tener ese brillo extra que no nos da el de arriba. Al igual que en el bombo, una vez hayamos conseguido nuestro sonido valoraremos el insertarle un compresor.

En nuestro próximo post continuaremos con los timbales y el resto del set.

¡¡Hasta la próxima!!